PROGRAMA Nº 1167 | 17.04.2024

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¿QUÉ ES EL VUDÚ?

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El vudú es una religión que se originó a partir de las creencias que poseían los pueblos que fueron trasladados como esclavos desde el África Occidental, del contacto de estas creencias con el catolicismo, propia de los esclavistas y es posible que esté influido parcialmente por supervivencias del politeísmo céltico. Se trata de una variante teísta de un sistema animista, provisto de un fuerte componente mágico. Por su vinculación directa con la cosmología y los sistemas de creencias neolíticos, su estudio resulta de gran interés en el campo de la paleoantropología. El vudú se cuenta entre las religiones más antiguas del mundo, entre el politeísmo y el monoteísmo.

El tráfico de esclavos hacia América produjo un fuerte fenómeno de sincretismo entre esta compleja y bien esquematizada religión y las creencias cristianas de los esclavistas, así como con las religiones nativas de los lugares adonde se transportó a los esclavos. De aquí surgiría el vudú haitiano y un gran número de derivativos: la Regla de Ocha o Santería en Cuba, la Santería en República Dominicana, el Candomblé, la Umbanda y Kimbanda en Brasil, así como las manifestaciones africanistas en Puerto Rico y los demás países del área del Caribe, etcétera. Algunos de estos derivativos han llegado a Europa en décadas recientes, sobre todo de la mano de emigrantes retornados.

El vudú en América

Es un nítido ejemplo de evolución sincrética entre esta religiosidad teísta-animista, las creencias cristianas de los esclavistas y religiones locales de pueblos como los Taínos, que se inició cuando muchos africanos del Golfo de Guinea fueron utilizados como esclavos en Haití y otros lugares del Caribe. El vudú también se encuentra muy extendido en regiones tradicionalmente esclavistas de Estados Unidos hasta la abolición, especialmente en Nueva Orléans.

En Haití es notable la utilización como religión oficial de Haití por parte del gobierno de los Duvalier para reforzar poder de su gobierno, dada la popularidad de esta creencia e incluso su importancia en la historia del país, en tanto que se suele considerar como uno de los antecedentes de la Revolución Haitiana.

En sus principios careció de un clero y de ritos regulares establecidos, debido a que fue una religión perseguida por sus propietarios esclavistas, que los obligaban a convertirse al cristianismo.

Del vudú americano se derivan otras religiones como la santería, muy extendida en Cuba de naturaleza aún más mistificada por las corrientes cristianas, o la Umbanda Brasil. La santería —una de las máximas expresiones sincréticas del mundo— usa símbolos y santos cristianos, que dan imagen y representan loas y ritos anteriores, similares a los del vudú. Lo mismo sucede en la República Dominicana donde la Santería toma las figuras del cristianismo para representar sus loas.

El vudú ha sido un fuerte referente para la cultura popular, debido a la atribuida capacidad de los bokor para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho (zombis), así como la de provocar la muerte a voluntad. De igual interés popular han resultado otros elementos folclóricos como los muñecos de vudú, que son una especie de pequeños fetiches con forma humanoide fabricados con diversos materiales, los cuales se cree que están vinculados al espíritu de una determinada persona. Es frecuente encontrar referencias en la literatura o en el cine en el que estos fetiches se usan en rituales de magia negra, en los cuales se clavan agujas al muñeco en algún lugar del cuerpo o se le aplica algún tipo de martirio, y así la persona vinculada sufrirá algún mal o una maldición. Existe una amplia literatura y filmografía al respecto, que frecuentemente tiende a deformar y demonizar este conjunto de prácticas religiosas.

La palabra vudú se deletrea de varias formas vodun, vaudin, voudoun, vodou, y vaudoux. Es una antigua religión practicada por 80 millones de personas a través del mundo y sigue en crecimiento. Con la innumerable cantidad de deidades del vudú, posesiones demoníacas, sacrificios de animales (sacrificios humanos en el Petro – una forma de magia negra en el vudú); los practicantes del vudú no entienden por qué su religión puede ser tan malinterpretada.

Los rituales del vudú son elaborados, empapados en lenguajes secretos, bailes durante posesiones demoníacas, y dietas especiales para los sacerdotes y sacerdotisas del vudú. Se cree que los muertos ancestrales andan entre los vivos durante sus bailes encapuchados y que tocar a la persona que está bailando durante el trance puede ser tan peligroso que provoque la muerte del ofensor.

Existe la compra venta de talismanes usados como fetiches. Estos pueden ser estatuas representando a los dioses del vudú, cabezas de animales disecadas y otras partes corporales. Se venden como medicina y también por los poderes espirituales que se cree que poseen. Los participantes del lado oscuro del vudú lo usan para invocar espíritus malignos y enviar hechizos a sus adversarios.

Tanto mujeres como hombres pueden ser sacerdotes de vudú. Existen etapas de iniciación para entrar en los deberes sacerdotales. Sus funciones principales son: sanidades, rituales, ceremonias religiosas para invocar o pacificar espíritus, llevar a cabo iniciaciones para los nuevos sacerdotes y sacerdotisas, leer la fortuna, leer sueños, enviar hechizos, invocar protección y crear pociones con varios propósitos. Estas pociones tienen variados propósitos desde hechizos de amor hasta hechizos de muerte; todo por un jugoso precio, por supuesto.

Existen artículos claves en los rituales del vudú. El área de influencia geográfica del sacerdote se conoce como la parroquia. Una variedad de artículos eclécticos cubren el altar en el templo o “hounfort”; el peristilo es un lugar abierto techado donde las ceremonias del vudú se llevan a cabo. Los artículos en el altar pueden ser usados en rituales que incluyen objetos que tienen significado simbólico: velas, alimentos, dinero, amuletos, collares rituales, maracas ceremoniales, fotos o láminas de santos católicos, botellas de ron, campanas, banderas, tambores, piedras sagradas y cuchillos.

Las creencias del vudú reconocen la existencia de un Ser Supremo quién creó el universo pero que está demasiado lejos para tener una relación personal con sus adoradores. Por lo tanto, los seguidores de esta secta siguen al “loa” o deidades menores para obtener guía para sus vidas. El loa son los espíritus de los ancestros, animales, fuerzas naturales y espíritus del bien y del mal.

Cuando comparamos el cristianismo y el vudú, la diferencia más aparente es que los cristianos no tienen que llevar a cabo rituales elaborados para apaciguar a Dios. Los cristianos creen que Dios, en Su misericordia, envió a Su Hijo Jesús para llevar a efecto cualquier sacrificio necesario para aplastar el mal y levantar la bondad de Dios. Aquellos que adoran a Dios tienen una relación cercana con Él. El es más cercano a nosotros que un hermano.

Dios nos dice a través de su Palabra que evitemos las adivinaciones, la lectura de la fortuna, y la hechicería (1 Samuel 15:22; 2 Crónicas 33:6, 2 Reyes 9:22; Miqueas 5:12; Nahúm 3:4; Gálatas 5:19-21). Esto es para protegernos del padre de las mentiras, el diablo, (Juan 8:44). Cristo ya pagó el precio que le dio la victoria sobre la muerte y los malos espíritus. Los seguidores del vudú deben invocar hechizos para apaciguar espíritus enojados. Los cristianos sólo tienen que susurrar el nombre de Jesús (1 Corintios 15:54-57; 1 Juan 5:4-5).

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