PROGRAMA Nº 1164 | 27.03.2024

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Cristina le pidió al Papa su mediación por Malvinas

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Ciudad del Vaticano (AICA).- La presidenta Cristina Fernández reveló en una conferencia de prensa luego del almuerzo que mantuvo con el papa Francisco que le pidió su intercesión ante el Reino Unido para que acate las resoluciones del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, que llaman a ambas naciones a dialogar por la soberanía de las Islas Malvinas.

Asimismo, la primera mandataria argentina reveló que, luego de los saludos protocolares y los regalos entre jefes de estado, abordaron en privado una agenda de temas que incluyó también la trata de personas, el trabajo esclavo y la unidad de los países de América Latina. Fue un encuentro de 40 minutos, a solas, y que definió como “fructífero e importante”

“Abordamos un tema muy sentido para los argentinos. Le solicité la intervención en la cuestión Malvinas”, expresó la presidenta en una conferencia de prensa en los apartamentos vaticanos, luego del almuerzo. Según dejó entrever, lo hizo “con una doble convicción”.

Cristina recordó la intervención del beato Juan Pablo II, a través del cardenal Antonio Samoré, para solucionar el conflicto que ambos países sostenían sobre la soberanía de los territorios y aguas situadas en el Canal de Beagle. También recordó que, en aquel momento, Chile y la Argentina eran gobernados por regímenes de facto.

“Ahora estamos ante una oportunidad histórica, diferente y mucho más favorable –expresó-. Hay gobiernos democráticos en Gran Bretaña y la Argentina, y más allá de la militarización que el Reino Unido está llevando en las Islas Malvinas, el nuestro es un país más que pacífico y pretendemos que se logre un diálogo entre las partes”.




La “Patria Grande” latinoamericana
La presidenta declaró ante la prensa que el papa Francisco le habló de la unidad de los pueblos latinoamericanos.

“Me habló de Latinoamérica y del rol que están cumpliendo los distintos gobernantes. Me dijo, exactamente, que era formidable el rol que estaban cumpliendo los gobernantes que trabajan por la Patria Grande, y explicó que utilizaba ese término porque era el mismo que utilizaban San Martín y Bolívar”, reveló.

La primera mandataria nacional dejó entrever que dialogaron acerca del trabajo esclavo y de la trata de personas, dos temas que el entonces cardenal Bergoglio tenía entre sus principales preocupaciones sociales.

Invitación a venir al país
La presidenta informó que invitó oficialmente al Pontífice, como jefe del Estado del Vaticano, a visitar el país, y reveló que Francisco “obviamente desea visitar la Argentina”.

“Me dice que tiene una agenda apretada –continuó-. Pero obviamente desea visitar la Argentina y va a mirar la agenda con sus colaboradores. Quedamos en que vamos a seguir trabajando por esa fecha”.

Hacia el final de su alocución, Cristina definió en tres palabras la impresión que se llevó del estado del papa Francisco: “Lo vi sereno, seguro y en paz. Lo vi también ocupado y preocupado por lo que va a ser la inmensa tarea de no sólo conducir el Estado del Vaticano, sino también cambiar las cosas que deben cambiar y las demandas que ha interpretado y que se han empezado a ver en gestos y se verán en políticas que oportunamente decida”.

La Presidenta sorprendida por un beso del Papa en la mejilla
El papa Francisco y la presidenta argentina Cristina Fernández mantuvieron un encuentro distendido y “cálido”, en el que intercambiaron regalos y la primera mandataria se manifestó sorprendida por el hecho de que el Papa le diera un beso en la mejilla.

“Por Dios es increíble esto, es increíble”, exclamó al ser saludada con afecto en la casa Santa Marta, del Vaticano, por el hasta el miércoles cardenal Jorge Mario Bergoglio.

Ante una referencia en broma del Papa sobre la edad de la jefa de Estado, Fernández de Kirchner replicó también con una chanza en doble sentido: "No es cierto, usted es un cuadro de la Iglesia".

Las imágenes televisivas mostraron a una Presidenta algo nerviosa, sobre todo cuando le tocó el brazo y se excusó: "Ay, no, no puedo tocarlo".

“Sí, puede tocar, puede...", respondió Francisco, quien luego la tomó brazo y le dio un beso en la mejilla.

"Nunca un Papa me había besado", expresó con sorpresa la mandataria argentina.

El pontífice argentino regaló a la Presidenta un libro con las conclusiones de la asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM); una copia de la placa que recuerda la visita que la Presidenta hizo a Benedicto XVI junto con su par chilena Michelle Bachelet, con motivo de los 30 años del acuerdo entre los dos países que evitó la guerra por el Canal Beagle, y una réplica del mosaico de la fundación de la basílica de San Pedro, en la época de Alejandro VI, además de una rosa blanca que representa a Santa Teresita, de la que Bergoglio es muy devoto.

En tanto, Fernández de Kirchner le obsequió un equipo de mate realizado por cooperativistas del programa Argentina Trabaja y un poncho de vicuña, hecho en Catamarca, para que “lo abrigue del frío de Roma”, dijo la mandataria.

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