PROGRAMA Nº 1167 | 17.04.2024

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Los Gestos de Francisco

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La elección del Papa Francisco ha sido sin duda uno de los eventos más importantes de los últimos años  y probablemente de lo que va de la segunda década de este nuevo milenio.

La presencia de poco menos de seis mil periodistas y la cobertura a través de Twitter han hecho de este Cónclave y elección papal, el evento religioso más cubierto en la historia de la humanidad. La llegada de cientos de miles de peregrinos para la ceremonia de inicio del pontificado, su presencia masiva en los primeros eventos del Papa y el reflejo y difusión de estos en las redes sociales, también han dejado números sin precedentes.

El Papa Francisco sin duda imprimirá su sello, como cada Papa, a través de sus acciones. Nos ha empezado a dejar entrever una serie de mensajes que van delineando lo que será la cara de la Iglesia de los inicios de la segunda década del tercer milenio.

Desde el primer instante de su pontificado el Papa Francisco comenzó a delinear su mensaje, que para quienes lo conocen no es ajeno a su propia forma de ser como Cardenal Bergoglio. Si bien es un sello nuevo para alguien que asume el Ministerio Petrino no lo es para él. Los Cardenales del Colegio Cardenalicio lo han elegido precisamente por eso y de acuerdo con lo que entienden que requiere la Iglesia de hoy y con su conciencia al momento del Cónclave. De ahí que se puede decir con toda certeza que es la Iglesia la que ante los nuevos retos elige a un Cardenal con un perfil adecuado a las circunstancias que enfrenta.

El Papa, desde su salida al balcón hasta la misa de inicio de su ministerio petrino, nos ha  llenado con ideas y momentos inéditos que vislumbran una Iglesia más cercana al Pueblo de Dios, más misericordiosa y austera, más humana y comprometida con la Verdad. Cada aparición pública la ha aprovechado el Papa para dejarnos este mensaje.

El día de la elección del Santo Padre

Los mil 200 millones de católicos esperábamos con ansias conocer al nuevo Papa, las referencias a los Papas anteriores eran inevitables, ¿cómo sería? la realidad superó cualquier especulación. Verlo fue quererlo, su sonrisa y su actitud conquistaron los corazones del mundo y su frase "os pido que vosotros receis para que el Señor me bendiga", inédita en el inicio de un pontificado, mostró la sencillez y humildad que le caracterizan

Misa con los Cardenales en la Capilla Sixtina

Al día siguiente, celebró una misa con todos los Cardenales en la Capilla Sixtina. Breve, conciso pero profundo, reflexionó sobre lo imperioso del "caminar, edificar y confesar, (...) Caminar siempre en presencia del Señor (...) Edificar la Iglesia (...) y confesar a Jesucristo", los problemas estarán allí, pero si confesamos a Cristo caminando con El y edificando su Iglesia habremos vencido. Una fórmula tan sencilla como compleja a la vez, reflejo inequívoco de su visión apostólica.

Audiencia con los Cardenales

La reflexión del Papa con los Cardenales giró en torno al Espíritu Santo como protagonista de "toda iniciativa y manifestación de fe (...) creador de todas las diferencias de la Iglesia". Pero al mismo tiempo que Cristo permite esas diferencias, es El quien guía a su esposa la Iglesia por medio de su Espíritu. El Papa deja claro que no son los hombres ni sus decisiones temporales lo importante sino dejar que el Espíritu Santo actúe a través de sus pastores pues "(...) da a la Iglesia el valor de perseverar y buscar nuevos métodos de evangelización"

Una vez más su visión apostólica queda de manifiesto y les dice a los Cardenales que a pesar de lo que pase "nunca nos dejemos vencer por el pesimismo", y comenta que siendo la mayoría de los Cardenales personas de edad avanzada, deben entender que "la vejez es la sede de la sabiduría de la vida" y les pide "ofrezcamos esa sabiduría a los jóvenes como el vino bueno que mejora con los años", con una impetuosa necesidad de impulsar el ejercicio del apostolado y la difusión del Evangelio.

Encuentro con los medios de comunicación

El Papa, agradecido con los medios por la cobertura de estos días, les recuerda algo que muchos olvidan por centrarse en lo aparatoso y fantástico de una elección papal "Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro", y girando sobre esta idea, recuerda a los medios de comunicación que "los acontecimientos de la historia requieren una lectura compleja que a veces puede incluir la dimensión de la fe" y por ello se torna esencial "conocer cada vez mejor la verdadera naturaleza de la Iglesia"

Así, el Sumo Pontífice recuerda a los medios su naturaleza evangelizadora: "Vuestro trabajo requiere estudio, sensibilidad y experiencia, pero implica atención especial a la Verdad, la bondad y la belleza", llamado esencial ante una cultura mediática hedonista que solamente busca lo que vende independientemente de los valores o antivalores que esto difunda.

Su sencillez llegó al extremo al contar la anécdota de la forma en que escogió su nombre: "Durante las elecciones, tenía al lado al arzobispo emérito de San Pablo, y también prefecto emérito de la Congregación para el clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, un gran amigo. Cuando la cosa se ponía un poco peligrosa, él me confortaba. Y cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: «No te olvides de los pobres». Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís (...) Francisco es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación"

Y fue más allá para quienes se sienten príncipes y para quienes la ostentación y la sofisticación es connatural al Papa. Rompió esquemas cuando dijo "como quisiera una Iglesia pobre y para los pobres" El Papa se ha distinguido por marcar distancia respecto a los teólogos de la liberación, pero es claro que a la vez, le preocupan grandemente los pobres desde un punto de vista humanista, trascendente, integral y pleno, una vez más, desde una perspectiva apostólica.

Misa Dominical y Angelus

El lema del pontificado del Papa Francisco es "lo miró con misericordia y lo eligió", la misa dominical y el ángelus lo dedicó a hablar justamente de esa misericordia que el experimentó siendo un joven de 17 años y que fue justamente su llamado vocacional para entregarse a Dios y a la vida apostólica.

"Nosotros somos este pueblo que por una parte quiere oír a Jesús pero por otro lado nos gusta castigar y condenar a los otros" reprochó el Papa, ¿cómo podemos desear misericordia condenando a los demás? Y nos recordó que Cristo "ha venido para nosotros que nos reconocemos pecadores (...) El olvida, te abraza y te dice "tampoco te condeno"

Pero existe un problema, y es que nosotros, por vergüenza, por falta de fe, por visión corta no nos acercamos a Jesús, "el Señor nunca se cansa de perdonar, somos nosotros quienes nos cansamos de pedirle perdón" aseguró el Papa  y nos invitó a todos a dejar de juzgar y condenar "la misericordia cambia todo, cambia al mundo, un poco de misericordia hace que el mundo sea menos frío y más justo".

Con estas palabras, la visión de una Iglesia estilo "la Santa Inquisición" ha quedado superada, hoy la Iglesia es misericordia, es perdón, es comprensión, es Cristo mismo. Y una vez más el Papa Francisco rompe esquemas y nos invita a imitarlo.

Misa de inicio del ministerio Petrino

El Papa salió revestido con total sobriedad, de blanco con franjas negro y dorado, evitó la larga procesión de las ofrendas haciendo más sencillo y breve la misa. Su homilía breve también, estuvo llena de significado y trascendencia. Nos habla de cómo San José ejerció la custodia de María y Jesús "con humildad y silencio pero con presencia y fidelidad total aún cuando no comprende (...) sabe escuchar a Dios"

Nos invita a ser custodios como San José, custodios de los más próximos, de los amigos, de la familia y de la creación "cuando el hombre falla y no nos preocupamos por los hermanos y por la creación, el corazón se queda árido" afirma el Papa y por ello insiste en custodiar especialmente a los más frágiles, a los niños y a los ancianos.

También pide abrir el corazón con bondad y ternura que no es debilidad "San José es valiente y trabajador pero también tierno, que no es débil sino lo contrario, denota fortaleza y capacidad de compasión"

El Papa refrendó que Cristo es el centro de la vocación cristiana y que el Papa tiene poder, pero que "el verdadero poder es el servicio y el Papa para ejercer el poder debe entrar en ese servicio que tiene su culmen en la cruz (...) y como San José, el Papa debe abrir los brazos para custodiar al pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a la humanidad"

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