PROGRAMA Nº 1167 | 17.04.2024

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LA FIESTA DEL SACRIFICIO

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EID AL ADHA o AID AL-ADHA se conoce como la CELEBRACIÓN DEL SACRIFICIO, es la festividad mayor de los musulmanes que conmemora el pasaje recogido tanto en la Biblia como en el Corán, en el que se muestra la voluntad de ABRAHAM (IBRAHIM) de sacrificar a su hijo como un acto de obediencia a Dios, antes de que Dios interviniera para proporcionarle un cordero y que sacrificara a este animal en su lugar. En varios países del África musulmana, tales como Malí, Níger, Senegal o Benín, dan el nombre de Tabaski a esta fiesta, y en una parte de Amazighs en África del Norte le nombran Tafaska. En muchos lugares de habla hispana es conocida como FIESTA DEL CORDERO.

Esta festividad, que tiene lugar el décimo día del mes de ZIL-HAJJ (entre septiembre y noviembre), 70 días después del EID AL-FITR, es incorporada en el HAJJ, la gran peregrinación a LA MECA, que debe realizarse por lo menos una vez y preferiblemente durante este mes. El EID AL-ADHA se celebra por los musulmanes de todo el mundo con la ofrenda de un sacrificio animal (comúnmente una vaca o un cordero) como acción de gracias a Dios por salvar la vida de ISMAEL, hijo del profeta ABRAHAM.

En este día, los musulmanes que están en LA MECA concluyen los ritos de su peregrinación y, después de la oración especial, sacrifican —o más modernamente, pagan para que un matarife cualificado sacrifique en su lugar— generalmente un cordero. Sin embargo, la mayoría celebra la festividad en sus lugares de residencia, acudiendo a las mezquitas para la oración y luego, aquellos que pueden hacerlo, sacrifican y celebran una comida a la que se invitan mutuamente. Normalmente suele celebrarse al aire libre, en las afueras de las ciudades, en una zona abierta denominada MUSALLA. La carne del animal es separada en tercios; una para la persona que obsequia la bestia, otra para repartir entre sus parientes y el último tercio para los necesitados, independientemente de su religión, raza o nacionalidad.

El musulmán acude a la oración tras haber realizado la ablución mayor y haberse ataviado con su mejor ropa, limpia y perfumada. Recita unos versículos que sólo se mencionan durante las dos fiestas anuales y en los enterramientos. Los musulmanes glorifican a Dios hasta que el imán inicia la oración recitando siete TAKBIR (ALLAHU AKBAR) y haciendo dos prosternaciones. Después, el imán pronuncia una JUTBA (‘SERMÓN DEL VIERNES’) a los miembros de la comunidad que se hallan presentes. Por último, se disuelve la reunión y los asistentes se besan en señal de hermanamiento y se felicitan por la fiesta.

Con esta festividad, los musulmanes recuerdan que el Islam significa sumisión, ya que nadie mostró mejor sumisión a Dios que ABRAHAM (IBRAHIM en árabe), quien estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo primogénito ISMAEL como prueba de su lealtad a Dios. Al final, Dios fue clemente y paró su brazo en el aire justo cuando iba a cercenar el cuello de su hijo. Agradecido, ABRAHAM sacrificó en su lugar un carnero y es, en imitación de ese acto, que los musulmanes sacrifican sus animales en lo que se considera la FIESTA MAYOR DEL ISLAM. Según el Corán, ISMAEL, el hijo primogénito de ABRAHAM, engendrado por su esposa AGAR, fue el protagonista de la historia a diferencia de la tradición judeocristiana, que otorga este papel a ISAAC.

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